Katrina:

El 29 de agosto del 2005 un devastador huracán denominado Katrina se cobró la vida de mil 833 personas y cambió para siempre las de más de un millón, los supervivientes de una catástrofe que diez años después recuerdan con angustia y dolor.

«Nadie estaba preparado para algo así, a la devastación le siguió la inundación, nosotros dejamos nuestra casa y nos refugiamos en la de un amigo en el barrio francés, una zona más alta. Habíamos comprado latas de conserva para quedarnos allí, pero cuando vimos que cortaban el agua supimos que la cosa se ponía muy fea y comenzamos a buscar una manera de salir de la ciudad». Testimonio de un sobreviviente (https://sipse.com/).

Miles de personas no evacuaron un día antes de que el ojo del huracán pasara sobre Nueva Orleans ya sea porque creyeron estar más seguras en casa, por temor a abandonar sus bienes o porque no tenían un medio para hacerlo (se agotaron los vehículos de alquiler y el trasporte público fue insuficiente).Los que no evacuaron a tiempo quedaron atrapados por varios días en una ciudad arrasada, inundada, refugios desbordados, cadáveres flotando entre las calles mientras por todas partes sucedían saqueos y violencia incontrolada ante el vacío de poder y control en la ciudad.

Referente a los refugios, «No había seguridad, ni organización, ni teníamos donde dormir ni donde ir al baño. Faltaban agua y comida. Había bebés, enfermos y gente mayor totalmente desatendida. Lo único que funcionó allí fue la autoorganización de la gente para recoger la basura y distribuir el agua», recuerda un sobreviviente (https://sipse.com/).

Haití:

En medio de la pandemia por Covid 19, un terremoto de magnitud 7.2 en la escala del momento sacudió a Haití el sábado 14 de agosto aproximadamente a las 8:30 de la mañana mientras muchas personas aún descansaban en sus casas.

«Me desperté y no tuve ni tiempo de ponerme los zapatos. Vivimos el terremoto de 2010 y lo único que podía hacer era correr» testimonio de sobreviviente (https://www.elheraldo.hn/). La muerte rondaba por las calles de la ciudad, el olor era tan fuerte que hizo que se agotara la crema dental usada para encubrir los olores untándose en las fosas nasales, la precariedad en la que viven sus habitantes y su sistema de salud generaron las condiciones para que el número de víctimas se incrementara. Al día siguiente del terremoto las réplicas continuaron, varias personas, regresaron a sus viviendas para verificar su estado, buscar familiares, tratar de recuperar algo.

Este terremoto destruyó cientos de miles de casas, así como edificios administrativos y escuelas, hizo colapsar el sistema de salud en un 60% del sistema de salud haitiano, cientos de personas se dedicaron personas se apresuraron a construir refugios improvisados con lo que pudieron, niños son salvados de inanición por el consumo entre otras de alimentos preparados como la Sampa, saqueos se presentan en algunas partes de la ciudad.

«No tenemos médico. No tenemos comida. Cada mañana llegan más personas. No tenemos baño, no hay lugar para dormir. Necesitamos alimentos, necesitamos más paraguas» testimonio de sobreviviente.

Bosnia y Herzegovina:

 En los años 90 (de 1992-95), la guerra de Bosnia trajo de vuelta las viejas pesadillas ya olvidadas al continente europeo en esta tuvieron lugar algunos de los episodios más oscuros y que provocaron un mayor número de muertos civiles de toda la contienda. El largo asedio a la ciudad de Sarajevo se extendió durante casi cuatro años y se convirtió en el sitio más largo de la historia moderna (https://eacnur.org/).

Desde un principio el gobierno de Sarajevo manifestó que la situación estaba controlada invitando a sus habitantes a mantener la calma. En 1992, empezando el sitio, comenzaron los saqueos. Francotiradores impedían la salida de las personas a buscar provisiones o suministros. Tres meses después se presentan las primeras muertes por inanición, los servicios de salud, policía, bomberos, etc, colapsaron en un 85% en gran parte debido a que las personas que hacían parte de estos organismos salieron a proteger sus hogares. Los escasos bosques de la zona desaparecen por la necesidad de conseguir leña y calentar los hogares y cocinar alimentos o hervir agua por lo que las personas empiezan a utilizar puertas, muebles, etc.

La moneda local pierda valor por lo que se emplean monedas duras para comprar bienes o servicios, así como: El trueque empleando como moneda elementos de primera necesidad tales como: Agua, encendedores de gas (brikets), enlatados, papel higiénico, entre otros. La prostitución por alimentos o servicios fue otra forma de intercambio así como diferentes servicios como; odontológicos, médicos, veterinarios, carpinteros, etc cuyos profesionales prestaban sus conocimientos a cambio de alimentos.

La falta de conocimientos y de organización para el manejo de desperdicios, empiezan a generar problemas de salud en la población.

Núcleos de Supervivencia:

Con base a los casos anteriores podremos extractar las siguientes conclusiones:

1- Independientemente de las capacidades logísticas de un país para atender un desastre o una emergencia (en estos casos Estados Unidos, Haití y la antigua Yugoeslavia), en cualquier momento se puede ver superada sus capacidades de respuesta.

2. La mayoría de personas no saben cómo actuar ante un desastre o emergencia , los simulacros muchas veces se hacen por cumplir, no existe una verdadera cultura de gestión del riesgo en desastres en la población a nivel global (contadas excepciones).

3. En el caso de Haití, en un mismo lapso del tiempo podemos vivir varias amenazas al mismo tiempo (terremoto, huracán y pandemia), lo que empeora la situación, incrementa la exposición, la vulnerabilidad y nuestra capacidad de resiliencia.

Las señales de advertencia que viene de científicos, organizaciones muy serias de todo tipo, invitándonos a prepararnos teniendo en cuenta que situaciones como las tensiones geopolíticas, las guerras, las consecuencias de la pandemia, la escases de recursos vitales, el cambio climático y la sobrepoblación, entre otros, no solo están en la agenda del día a día, ya han puesto en peligro nuestra seguridad alimentaria y la adquisición de productos o servicios vitales. La proyecciones no son nada alentadoras, estrés hídrico global en 30 años, en décadas la capacidad de producir alimentos vs la demanda harán necesario que encontremos otros dos planetas tierras para alcanzar a cumplirla, las amenazas asociadas con la naturaleza serán cada vez más fuertes, más constantes y con menos tiempo de recuperación entre estas.

Por tal razón nos urge prepararnos mental y técnicamente, no esperar que sean los estados los que suplan nuestra necesidades, más aún cuando sabes que la capacidad de estos puede ser superada por la emergencia o el desastre. Dentro del Proyecto NOÉ hay un tema de vital importancia en lo que respecta a la supervivencia a nivel urbano y semi urbano; la consolidación de los Núcleos de Supervivencia, que no son más que incluir dentro de tu plan de acción en caso de desastres a tus familiares cercanos y lejanos, vecinos, compañeros de trabajo, amigos de otros países, etc, con el fin de:

• Mantener una red de apoyo logístico y de información
• Reaccionar en grupo ante una emergencia o un desastre (la supervivencia generalmente es más fácil en grupo)
• Nombrar líderes por consenso.
• Organizar grupos en actividades como: Recolección de basuras, barrido de cenizas o nieve, seguridad, recolección de información, sanidad, apoyo espiritual, veterinario, comunicaciones, entre otros.

Aprende a organizar estos grupos con la información que encontrarás en nuestros manuales o desarrollando nuestros talleres.